PARA NO OLVIDAR
Quiero dejar algo muy claro: lo escrito aquí es mi punto de vista del tiempo transcurrido en esta amada institución “El Tecnológico de la Región Carbonífera”, soy Griselda Cervantes González y les puedo compartir un montón de anécdotas del Tec, desde muchos puntos de vista como el académico, el institucional, el laboral y del que más me gusta recordar es el sensible, el humano, compartiendo desde 1995.
Inicié en el Depto. de Recursos Financieros (1995-1997) haciendo equipo con Blanca Cancino, Micaela Ponce y Claudia Portales, más que un equipo de trabajo formamos una familia, pasábamos todo el día en la oficina y a veces hasta parte de la noche, con mucho trabajo, pero felices, sin intentar ser unos más que otros, unidas, conectando ideas, compartiendo experiencias y trabajando juntas para el éxito del TEC.
Posteriormente (1997-2003) en el Departamento de Servicios Escolares una etapa muy feliz, al lado del Ing. Juan Villalobos, Blanca Ramón y Maricela Bernal, afortunada de compartir momentos inolvidables como los chistes interminables del Ing. Villalobos (recuerdo el de la señora gorda que tenía un perico y que nunca podíamos escuchar el final porque no lo terminaba de la risa) nos causa tanta gracia su forma peculiar de compartir los chistes, recuerdo con cariño también algunas ocasiones cuando íbamos por las oficinas ofreciendo taquitos, tamales, empanadas o diferentes comidas, todas muy sabrosas, de aquel señor “El Chino” amigo de Blanca, luego con nuestro Jefe Marco Flores cuando cantábamos aquellas melodías de la época (Maricela y Marco siempre muy bien entonados, me gustaba escucharlos) y a pesar de esos días pesados de trabajo algunas veces sufriendo la espera de la entrega de calificaciones de los maestros para capturar y luego en tiempo de inscripciones hasta la madrugada preparando los paquetes de papelería para entregar, pero formamos ¡El mejor equipo!.
Departamento de Servicios Escolares
El Tecnológico de la Región Carbonífera me brindó la oportunidad de superación personal y profesional, sí que puedo decir que hay personas mágicas que siempre están viendo por los demás, como la Ingeniera Argelia Bortoni, mujer trabajadora, inteligente, dedicada, un gran ejemplo, quien me animo a iniciar la licenciatura, luego la maestría, así aprendí que debemos esforzarnos siempre por dar lo mejor, a ser paciente y que tarde o temprano se llega la recompensa, la vida no es fácil, nada ha sido gratis, lo he vivido y desgastado pero ha valido la pena.
Desde el 2003 y hasta hoy mi casa ha sido la Biblioteca del Tecnológico de la Región Carbonífera, donde hemos pasado por momentos difíciles como todos los demás, pero el trabajo juntos, respetando las habilidades de cada uno y esa hermandad que tenemos nos ha dado la satisfacción de seguir logrando los objetivos.
Siempre esperando un montón de cosas y segura de poder cumplir mis sueños, el Tecnológico de la Región Carbonífera, es un espacio en el que trabajamos duro sin que impida ni un solo día disfrutar, reírnos, sentirnos a gusto, un trabajo en que nos esforzamos todos por dar lo mejor de nosotros mismos, donde todos aprendemos.
Realice la Maestría en Administración y Liderazgo, después de algunos años; el director Alejandro Valdés reconoce mi esfuerzo, trabajo y superación, dándome la oportunidad como docente en la División de Ingeniería en Administración y Coordinadora de la Biblioteca, también gracias a la siempre excelente Directora y amiga Rocío Bernal por quien siento una gran admiración y cariño, de quien he sentido su apoyo en todo momento, al Ing. Julio Montenegro que ha confiado en mí en las actividades de biblioteca.
Como maestra disfruto mucho de las clases, del aprendizaje y la comunicación con los alumnos, cada uno con su propia historia y los grandes deseos de superación, con extraordinarios lideres como la Maestra Elena o el Ing. Vélez, mi más grande admiración y cariño.
Por lo tanto, aprecio y celebro a aquellos que me han demostrado su amistad, por compartir su tiempo y espacio, muy agradecida con Dios por haberlos conocido y que tanto en momentos de dicha como en medio de tiempos difíciles puedo sentir la esperanza mediante la amistad sincera de casi todos mis compañeros.
Con mi trabajo he encontrado el medio para sacar adelante a mi familia, pero también el mejor lugar para estar feliz, haciendo lo que deseo y me gusta, estoy muy agradecida con la vida por la oportunidad de ser lo que quiero ser, de poder compartir lo que sé, de recibir experiencias y crecer como persona, es un placer poder formar parte de la trayectoria de los estudiantes y de la historia del tecnológico.
Griselda Cervantes González