EL TEC MI SEGUNDA CASA
Siempre dije que el TEC fue mi segunda casa y considero que no bastaría un libro para comentar la enorme cantidad de situaciones memorables que disfruté en el devenir de esos años, y que fueron el fruto de la enseñanza y el aprendizaje de cada día en la docencia y el reto de brindarle a los estudiantes lo mejor de nuestra vida… las anécdotas y recuerdos de mis compañeros y de los alumnos serían interminables, ya lo decía. Básteles con saber que quedaron grabados como una imprenta maravillosa en mi corazón.
Recuerdo de manera especial el apoyo de los distintos directores y subdirectores que me brindaron la oportunidad de seguir en el camino de la superación y la calidad en todos los órdenes, agradeciendo muy especialmente a la Ing. Argelia Bortoni, quien me pidió iniciar la Jefatura de Educación Continua, bajo la dirección de mi superior el Ing. Sergio Villarreal.
Considero muy importante destacar, un recuerdo de mucho valor, de cuando estuve al frente de la Jefatura de Educación Continua:
El Ing. Aurelio Orozco, una gran persona y director del CECANE (Centro de Capacitación del Noreste) de CFE en Nava, Coah., me concedió una entrevista que resultó ser un gran acierto porque nos abrió las puertas para licitar (compitiendo así con empresas de clase mundial, incluyendo universidades de EUA), así mismo, en CFE Carbón II Y MICARE, en Nava, Coah., para ofrecerles los cursos que requerían, ya que contábamos con el capital intelectual. Dichos cursos los estaban solicitando para ofrecerlos a personal de su empresa, asistían de distintos estados de nuestro país para la capacitación. De manera paralela, a los docentes se les dio de alta en la STPS, para obtener la credencial que los certificaba como instructores. Como era de suponer, la certificación obligaba, a que los maestros e incluso yo, continuáramos el camino de superación académica estudiando las maestrías y doctorados pertinentes a las distintas carreras que se ofrecían.
En una de tantas visitas a CFE. CECANE, el Ing. Orozco me comentó que le gustaba mucho pasar por el TEC de la Carbonífera, (ubicado sobre la carretera 57) porque cada vez que lo hacía, se encontraba con lonas que informaban las distintas Certificaciones de Calidad que se iban logrando y que, además de meritoria la información, manifestaban la importancia que esto tenía para magnificar y patentizar la calidad de la educación en nuestra Institución.
¡Me enorgullece mucho poder compartir estos recuerdos y haber sido miembro de la gran familia TEC por tantos años!