Hay personas que dejan una marca imborrable en el alma
Escribir sobre Carlos y su paso por el Tecnológico de la Región Carbonífera, (de 1992-1996 estudiante y de 2002-2014 empleado), se siento nostalgia al rememorar, pero luego comprendí que a veces no entiendes el valor de un recuerdo hasta que empiezas a trabajar la memoria, y realmente hay mucho que contar, ¡Era un gran tipazo!, se podía ver que disfrutaba de la vida, de su trabajo, compañeros y amigos, a pesar de las dificultades.
Fui testigo de que aun ya egresados seguían su relación y lo buscaban solicitándole consejos laborales o personales, su conocimiento y experiencia tanto como docente de la División de Ingeniería Industrial así como Jefe del Departamento de Calidad y el querer transmitir sus conocimientos buscando la manera más creativa y original para llamar la atención del aprendiz (como muchos docentes Tec), en esta foto podemos apreciar que para una de las materias que impartía, realizaron una obra de teatro con gran participación del grupo, momentos que todavía se recuerdan, una obra emotiva y divertida.
Esta foto, me trae bellos recuerdos de Carlos Fernando del Río Cuencar, mejor conocido por los alumnos como “El Profe Cuencar” una persona muy querida, maestro que estuvo siempre en contacto y al pendiente de los estudiantes, las opiniones que manifiestan la mayoría es que tenía un sentido del humor ingenioso e inteligente, muchos de sus alumnos le temían, por su fuerte carácter en clase y sus ruidosos corajes cuando algo no salía como lo planeaba; sin embargo, era notorio la admiración y respeto, porque se daban cuenta que podrían aprender mucho de él, siempre mostrando que si querían algo, ¡Claro que se podía lograr! a pesar de todo y todas las dificultades.
Gracias por la oportunidad de compartir.
En el Departamento de Calidad tuvo la suerte de estar acompañado por personas extraordinarias como la Maestra Elena Martínez, Verónica Rangel, Sarilu Cárdenas, Hilda Martínez y Doris Guadiana que siempre lo apoyaron en todo momento con sus muestras de cariño, trabajaban duro pero se daban su tiempo para compartir momentos como los 5 minutos de quejas y des estrés, compartir recetas y dietas, los jueves de complacencias musicales, los viernes de karaoke ya que amaba cantar, además tenía un buen sentido del humor, alguien que tenía mucho tema de conversación, paciencia para enseñar, estoy segura que dejó huella en las personas con quien compartió sus momentos.
Griselda Cervantes González.